7 Jul 2021
NOTAS DE PRENSA
En esta nueva exposición se hace un recorrido exhaustivo por la contribución del insigne inventor cántabro a la historia mundial de la aeronáutica desde que, en 1901, consagrado internacionalmente por sus máquinas de calcular, y a la espera de poner en marcha su primer transbordador en el Monte Ulía, empezó a dedicarse a resolver el problema del vuelo. Podrán verse sus patentes de 1902 y 1906, las pruebas de su primer dirigible entre 1906 y 1909, las patentes del poste de amarre y del buque campamento, el éxito del Astra-Torres nº 1 en 1911 y el inicio de la comercialización de su sistema desde la casa Astra en París a partir de 1913 con los Astra-Torres XIV, XV, Alsace, Pilatre de Rozier, La Flandre, etc.
Podrá constatarse que Torres Quevedo “conquistó el cielo” por la importancia intrínseca de su obra, especialmente por el papel que jugaron sus dirigibles durante la Primera Guerra Mundial. Así, el Almirantazgo Británico, después de comprar cuatro Astra-Torres en Francia entre 1913 y 1915, inició en 1916 la producción masiva de dirigibles torresquevedianos de tres series sucesivas: Coastal (30 unidades de 4810 m3), Coastal Star (10 unidades de 5960 m3) y North Sea (18 unidades de 10190 m3). De ellos se vendieron un Coastal a la Marina Francesa, cuatro al Imperio Ruso, y un North Sea a la US Navy. Por su parte, también a partir de 1916 la casa Astra fabricaría para la Marina francesa los AT-1 a AT-4 de 6500 m3, AT-5 a AT-9 de 7600 m3, y los AT-10 a AT-17 de 8300 m3. En 1918e transferirían a la US Navy los AT-1 y AT-13, y el AT-18 de 10700 m3, mientras en 1922 se entregaría el AT-20 al Imperio del Sol Naciente y en 1923 el último Astra-Torres para la Marina Francesa, el AT-24.
En los años siguientes Torres Quevedo sería testigo de cómo la casa Zodiac construyó los dirigibles V-11 y V-12 de su sistema que operarían para la Marina francesa hasta 1936, precisamente el año en el que falleció nuestro ingeniero más universal.
Pero mucho más importante, con esta exposición podremos constatar que Torres Quevedo “conquistó el cielo” con la “gloria” que ha supuesto el reconocimiento internacional de su obra aeronáutica. En efecto, trascendiendo las valoraciones españolas habituales, en la exposición podrán verse ejemplares originales de 24 libros publicados entre 1956 y 2016 en EE.UU., Francia, el Reino Unido y hasta en Rusia, en los que se comprueba la dimensión de su contribución a la solución del problema de la navegación aérea y el éxito de sus creaciones durante la Primera Guerra Mundial. Entre ellos se destacan especialmente en la exposición los ocho libros en los que los editores eligieron dirigibles del sistema Torres Quevedo para ilustrar las respectivas portadas (y, en tres de ellos, ¡también las contraportadas!): un North Sea en War in the Air, 1914- 1918 (G. R. Duval, 1975), el Coastal C-27 y otro Coastal en la contraportada en The British Airships at War, 1914-1918 (Patrick Abbott, 1989), el NS-7 en British Airships in Pictures. An illustrated history, 1784-1998 (Patrick Abbott y Nick Walmsley, 1998), el C-9 en Sky Sailors. The Story of the World’s Airshipmen (Ces Mowthorpe, 1999), el Astra-Torres AT[1]7 en Les dirigeables de la Marine Française, 1915-1937 (Robert Feuilloy, 2008), el NS-16 y el C-27 en la contraportada en British Airships, 1905-1930 (Ian Castle, 2009), el NS-4 y el Coastal Star C*3 en la contraportada en In defence of the Nation. Kingsnorth Airship Station (Tina Bilbé, 2013) y el C-23a en Coastal Patrol. Royal Naval Airship Operations during the Great War (Brian J. Turpin, 2016).
En suma, Cantabria podrá disfrutar por primera vez de esta mirada novedosa a la impresionante obra aeronáutica de Leonardo Torres Quevedo, “el más prodigioso inventor de su tiempo”.