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Christian Manrique, protagonista de los nuevos vídeos de ‘Los ingenieros de caminos’

Christian Manrique

NOTAS DE PRENSA

Christian Manrique ha desarrollado su profesión principalmente en torno a la obra marítima, tanto desde el punto de vista del diseño y la construcción, en la empresa privada, como de la operación y la explotación en el Puerto de Santander, donde ha sido incluso Presidente de la Autoridad Portuaria (entre 2007 y 2011). Al día de la fecha es el responsable del Área de Infraestructuras y Dominio Público, de quien depende el Departamento de Infraestructuras, las divisiones de Ingeniería y de Gestión de Dominio Público.


Para Christian el puerto es algo más que una infraestructura que gestiona el tráfico de viajeros y mercancías. Tradicionalmente en el diseño portuario intervienen variables que exceden del plano meramente técnico, siendo imprescindible considerar los factores económicos, sociales y ambientales, que conllevan un inevitable enfoque holístico. Pero en el paradigma actual, la planificación portuaria se está volcando de manera proactiva en la ciencia que excede de lo tradicional, que se nutre de los datos y que es propia de la industria 4.0. Inmerso en la digitalización del puerto, a través de plataformas inteligentes, como son los gemelos digitales, Christian pretende modelizar cada una de las terminales para crear un duplicado virtual de toda la infraestructura portuaria. Lo que permitirá valorar en tiempo real la funcionalidad del puerto términos de rentabilidad, eficiencia, mantenimiento, rendimiento…, posibilitando incluso prospecciones a futuro. Esta disrupción tecnológica pone al alcance del ingeniero de caminos el conocimiento pleno del estado del puerto y su capacidad de hacer frente a las situaciones de incertidumbre que son cada vez más frecuentes.


Christian nos describe también las claves de la construcción de la Terminal de Carbón del Puerto de Santander, que puso fin a la penuria que suponía para los santanderinos lidiar con el polvo en suspensión que teñía de negro la ciudad en los frecuentes días de sur. Esta obra supuso un reto por sus dimensiones (unos 50.000 m2 de nave, con luces de 150 metros y con altura de hasta 46 metros y capacidad para 300.000 toneladas de carbón) y por las innovaciones que se implementaron en su ejecución: poniéndose a punto las cimentaciones de columnas de grava y configurándose innovadores sistemas de carga con transferencia directa del carbón a tren, camión y barco. Una verdadera demostración de que con profesionalidad “si se organiza bien y se planifica, todo se puede hacer”.

Enlace a la serie ‘Los ingenieros de caminos’