NOTAS DE PRENSA

Esta historia de vida está repleta de la satisfacción y felicidad que no puede esconder Conchi Ortega en su mirada reflexiva a su pasado profesional, pues, aunque aún le quedan muchos proyectos por emprender, Conchi se ha abierto un hueco en la ingeniería ferroviaria implementado soluciones con la destreza al alcance de unos pocos y con la sensibilidad que ella misma describe con asombro como capaz de “transformar la ciudad para dar a sus habitantes una vida mejor”.
Ante los actuales retos a los que se enfrenta la sociedad, las ciudades necesitan transformarse al tiempo que avanzan hacia un desarrollo más humano y respetuoso, en el que la ingeniería debe aportar esos muchos pequeños cambios que logren territorios mejores para vivir. Y esto ha de lograrse con una habilidad que cuente con las personas que los habitan y transitan, por lo que los enfoques con los que se han abordado los proyectos en los que ha participado Conchi son un referente internacional. Pioneros en muchos aspectos técnicos, estos desarrollos han revolucionado los modelos de movilidad y transporte de las ciudades en las que se implantan, con un óptimo aprovechamiento del espacio y de los recursos, habiendo roto moldes entre lo sectorial y lo disciplinar: creando relaciones colaborativas entre la administración, las empresas, las entidades sociales y la ciudadanía.
No es de extrañar que Conchi reconozca no haber podido imaginar de lo que ha sido capaz de hacer, considerando incluso fruto del azar el haber participado en obras de tan enorme impacto social. Pero ya lo dice un proverbio en euskera «arian, arian, zehetzen da burnia» (forjando, forjando, se doblega el hierro), y Bilbao, Tenerife, Oporto, Rumanía, Medellín… e incluso Nueva Zelanda son testigos del empeño y dedicación de esta nieta de la guardesa de la vía en Mave, donde su padre fue Jefe de Estación… Todas esas ciudades disfrutarán del legado al que Conchi ha contribuido con el poder transformador de los proyectos en los que ha participado.